Cápitulo 23.

Capitulo 23.
Salida entre parejas.


Las tres amigas se encontraban en la Cabaña Nº 5, habían quedado con sus novios para salir en una cita triple. No era la primera vez que salían en una cita así, es más, habían salido juntas con mas amigas, pero era la primera vez que salían todas juntas novias.
Mariana era la primera vez que experimentaba un noviazgo. En cambio, Eugenia y Candela habían tenido ya algunos novios. Eugenia era la que encabezaba la lista porque era la más hermosa de las tres y la más rápida.
El baño no era muy grande, pero las chicas trataban de hacer todo lo posible para estar lindas esa noche. Se pintaron entre ellas y se ayudaron a elegir sus vestuarios. Mariana estaba con un vestido estraples gris, con unas sandalias con tapo color peltre, y llevaba recogido el pelo en un rodete y se dejo caer el flequillo. Se había pintado los ojos con sombras claras, rimel y delineador negro (arriba y abajo), se puso un poco de labial rosado en los labios.
Eugenia llevaba un vestido con tirantes de color rojo y que en la punta caía en forma desflecada, el pelo recogido en una colita alta y su flequillo bien armado. Se había puesto base, rubor, labial rojo en los labios y en los ojos se había delineado un poco. En los pies llevaba una chatitas rojas.
Candela era la mejor vestida, llevaba un vestido negro estraples, con un bonito decorado, se había puesto pulseras y perlas en las orejas. Se había maquillado toda la cara, en los pies llevaba unas sandalias negras, y un saquito sobre sus hombros liviano. Se había planchado el pelo. ¡Estaban listas!
Bajaron a bajo y se encontraron con los chicos listos vestidos de esmoquin. El papá de Eugenia los iba a pasar a buscar y los iba a llevar a la capital y se iban a quedar todo el fin de semana ahí. Eugenia todavía no había contado a sus padres de su noviazgo y no tenía programado hacerlo durantes ese fin de semana para que no se vuelvan pesados y sobre protectores con ella.
- Hola mi amor, pasa adelante, hola chicos.- saludó el papá de Eugenia mientras entraban en el auto.- ¿Están listos para viajar a la Capital?- preguntó y todos asintieron con una sonrisa.
El viaje al principio fue en silencio pero Candela y Mariana tenían confiesa con Carlos (el papá de Eugenia) y empezaron a sacar temas. El papá de Eugenia ya era un hombre mayor porque habían tenido a Eugenia y a Gastón ya muy grandes. Tenía canas en el pelo, un poco de arrugas y le saltaba un poco la panza, pero tenía alma de joven. Siempre se pasaba haciendo chistes y sonriendo, vivía para divertirse. Eugenia tenía muy buena relación con él, y esto ayudo para que el viaje sea ligero.
Después de algunas horas, habían llegado a la gran casa de Eugenia. Eran como las ocho y la mamá la esperaba con una sonrisa en los labios. Los hizo pasar y les mostró los cuartos. Gastón ese fin de semana se había ido a Bariloche con sus amigos, así que no era un obstáculo entre Peter y Lali.
Llamaron en un remis y se fueron a cenar al centro de la ciudad. Candela había elegido su restaurante favorito, “La Fusta”, el lugar era muy elegante.
Los chicos comieron a fuera en una mesa para seis. Pidieron su comida, y enseguida les trajeron.
- ¡Que rico esta esto!- exclamó Peter por su pescado.- ¡felicitaciones al chef!- gritó para que el camarero lo escuche.
- ¡Peter!- le retó Mariana. Ella era una chica muy educada y no soportaba cuando Peter hacia esas cosas. Pedro le sonrió burlonamente.
- ¿Qué tiene? No soportas esto.- dijo mientras le besaba con la comida en la boca.
- Sos un asqueroso.- río Mariana y lo aparto delicadamente.- Pero igual me encanta como sos.- agregó y lo beso cuando este termino de comer.
- Te amo.- le dijo Peter y se besaron nuevamente.
Juan enseguida se puso recto pero no intervino porque estaba Eugenia, estaba muy celoso de su hermana. Candela que lo noto reía interiormente junto con Agustín y Simón, este se les había sumado a la cita sin acompañante.
Pedro se dio cuenta un poco tarde y decidió hacerle caricias que no sean visibles para su cuñado. Le empezó a acariciar la pierna con su pie, Mariana se vio sorprendida pero no dijo nada. Cada tanto apoyaba su mano arriba de la de ella y la acariciaba o la rodilla. Mariana al principio se molesto pero las caricias eran tan dulces que termino disfrutando. La cena paso volando, y decidieron ir a alquilar unas películas para pasar la noche.
Mariana y Pedro se ofrecieron a bajar a la tienda de video, en realidad había sido idea de Pedro y había impulsado a lali para que lo siguiera.
Mariana se debatía si elegir “El exorcismo de Emily Rouse” o “una locura de amor en las vegas”. Estaba tan concentrada que no se dio cuenta que Peter el abrazo por detrás, por la cintura.
- ¿Qué haces mi amor?- preguntó besando su mejilla.
- Nada elijo la película, lo que venimos a hacer acá.- obvio Mariana y rió sarcásticamente.- ¿Qué otra cosa podemos hacer?-
- Yo si se.- contestó Peter y la dirigió hacia un deposito.
El lugar estaba oscuro pero Pedro prendió una luz tras de cerrar la puerta,
- Ahora si que podemos hacer lo que queramos.- dijo Peter y agarro a Mariana de los cachetes y pego bruscamente sus labios con los de ella.
La pasión con la que besaba Pedro a Mariana era nueva para ella, y trataba de seguirla. Pedro se volvía cada vez más exigente. La espalda de Mariana choco contra la pared y Peter apretó su cuerpo más contra ella haciendo que este entre dos superficies. Mariana llevo sus manos al pelo de Peter mientras que el las apoyo en la cintura y las subió lentamente hasta los hombros, acariciando las curvas del cuerpo de su novia. Volvió a bajar sus manos de vuelta pero esta vez llego a la cadera y apretó aun más su cuerpo con el de ella.
Siguieron besándose y Pedro con su lengua pidió permiso para profundizar el beso y Mariana se lo concedió, sus cabezas se movían para poder hacerlo mas cómodo. Pedro llevo una mano debajo de la remera de Mariana y le empezó a acariciar la panza, pero ahí el se dio cuenta que era muy pronto para tener semejante pasión. Separó su boca de la de ella, y tras darle un beso, le dijo para ir a pagar el video.
Subieron al auto y se fueron a la casa de Eugenia. Se cambiaron y se reunieron en el living de la casa y pusieron la película, terminaron llevando las dos que le habían gustado a Mariana.
Las parejas estaban sentadas cada uno en un sillón mirando la película. En un momento Pedro miró a sus amigos que se estaban besando, y el tenía ganas de hacer lo mismo con su chica, tenerla sentada sobre sus piernas no ayudaba mucho a la situación. La recostó sobre su pecho y le empezó a besar la mejilla mientras ella veía. La levanto y le empezó a acariciar su melena larga dulcemente. Se convenció que hace solo una semana estaban juntos y que era muy pronto para hacer cosas inapropiadas, la amaba y quería respetarla.