Bienvenidos a mi blog

Gracias por entrar a mi blog, encontraras novelas de Casi angeles pero puedes entrar a mis otros blogs y encontrar novelas mias del mismo tema pero desde mis personajes.
Unete si te gusta y espero que les gustes mis historias, estoy dispuesta a recibir roda clases de criticas

jueves, 15 de octubre de 2009

Capitulo 24

Capitulo 24
Candela y Agustín.


<< Dos semanas>> pensó Candela para si misma. <> se repitió. Lanzó un grito de emoción. ¡Estaba hacia dos semanas con Agustín! Corriendo hacia la Cabaña de el para comunicarle la buena noticia no vio un poso y cayo al suelo golpeándose la cabeza tan fuerte que termino desmayada.
Toda su historia con él se le cruzo por la cabeza…
Candela entro al Parque con sus valijas y sus anteojos de sol puestos. Con sus tacones y su ropa de 47 Street, con su pelo suelto que se movía por el viento.
Miro al sol y vio que lindo día era ese para comenzar el Campamento. Había tardado mas por las materias que se había llevando.
Busco a un coordinador para que le diga en que Cabaña le tocaba ese año y un empleado que le lleve sus valijas que era tan pesadas para su cuerpo tan chico.
Vio a lo lejos un chico rubio, cachetón y un poco gordo que estaba sudado y llevaba una escoba y un palo para juntar la basura. ¡Por fin un empleado! Le chito para llamar su atención y le hizo una seña para que venga hacia ella.
El cachetón frunció el seño confundido, y a paso lento se acerco a ella.
- Gordi, agarra esto y acompáñame que quiero buscar a un coordinador para que me diga mi cabaña y después llévame las valijas a la cabaña.- ordenó Candela.
El rubio la miro confundida y después se hecho a reír a carcajadas. Candela se sintió ofendida y apretó los puños, pero luego respiro hondo para tranquilizarse.
- ¿De que te reís imbecil? Hace tu trabajo que para eso te pagan.- ordenó y espero que el agarre las valijas. El rubio paro de reírse y la miro serio en silencio.- ¡Dale, que no tengo todo el día!- agregó cruzándose de brazos.
- ¿Qué te crees con quien estas hablando? Yo soy Agustín López Alsamendi, a mi nadie me trata así.- contesto enojado y se volvió a reír.- ¡Llévate vos eso y déjame de joder!- agregó y se dio media vuelta para irse.
Candela se quedo con el rostro enojada y hecho un grito lleno de furia. Agustín se fue riendo.
Como todas las mañanas se hacían excursiones. Ese día habían ido a un arrollo cerca del campamento.
Candela estaba tratando de pescar algo para ganar una noetbook para poder tener Internet en el Campamento. Era una competencia. Frustrada por que no le salía hecho grito.
- Cállate tarada.- ordenó una voz y se encontró con Agustín al lado suyo sacando un pez del agua.
- A mi nadie me calla.- dijo furiosa ella. Agustín levanto la cara y alzo una ceja.- Ah sos vos, la loca que me confundió con un empleado.- dijo y volvió a lo suyo.
- Yo no soy ninguna loca- se defendió enojándose más.
- Si lo que digas- dijo desinteresado el chico y volvió a lo suyo.
Candela se dio vuelta y trato de seguir pescando. Puso un pedazo de pan en el anzuelo y lo tiro lejos. Espero un tiempo, y nada pasaba. Cada tanto miraba a Agustín que estaba concentrado pescando. En menos de quince minutos había sacado cinco peces.
Candela volvió a girar su cabeza después de un tiempo hacia el chico y lo vio esta vez sin remera. No era para nada gordo como aparentaba sino que tenía abdominales bien marcados como músculos. Como una tonta se le quedo viendo hasta que sintiendo que tiraban de su anzuelo. Agarro con todas sus fuerzas la caña para tirarla pero cada vez se metía más hondo porque el pez era más fuerte. Grito y estaba por abandonar cuando sintió unos fuertes brazos que la rodeaban por la cintura y miro hacia arriba y vio Agustín ayudando a tirar con todas sus fuerzas. Tiraron juntos y lograron sacar al pez, pero por el impulso cayeron al suelo. Candela arriba de Agustín, ella se sonrojo y le agradeció. El le ayudo a pararse y vieron al pez. Era enorme. Lo llevaron a los coordinadotes y ellos decidieron nombrarlos los campeones. En realidad el premio no era ni una computadora portátil era una cena para dos en un restaurante muy elegante en Bariloche y como estaba reservado tenían que ir obligados y juntos
El día de la cena llego. Candela estaba frente al espejo mirándose, se había puesto un vestido floreado que se ataba con tiras cruzadas atrás. Unas sandalias con tacos color peltre. Su pelo castaño caía suelto y su cara estaba pintada naturalmente. Si algo que la caracterizaba era la elegancia.
- Candela, te pasa a buscar un tal Agustín.- gritó su nueva amiga y compañera de cuarto Kika.
- Decile que ya voy.- gritó Candela y se miro una vez más y salió por la puerta. Kika le paso un saco fino y bajo a bajo.
Agustín la esperaba a fuera. Estaba vestido de esmoquin porque era la inauguración de un restaurante muy fino. El la miro de arriba a bajo y le sonrió.
- Hola.- saludó y le ofreció su mano para llevarla hasta la entrada del Parque donde le esperaba el auto de Nicolás que le había prestado esa noche.- ¿Vamos?- preguntó y Candela asintió.
Bariloche de noche era mas hermoso que durante el día. A pesar de que Candela siempre lo visitaba, parecía que junto a Agustín todo era mas lindo.
Con sus anteojos negros y el esmoquin se veía como un actor de cine.
Llegaron al restaurante en el centro de la ciudad, estaba hecho de madera. Estacionaron en un aparcamiento cerca del lugar y se fueron al restaurante.
Les dieron su mesa, y enseguida pidieron su orden.
- ¡Que lindo lugar!- exclamó Candela llena de fascinación.
- ¿vos sos de acá?- preguntó Agustín.
- Si, en realidad de la capital pero si vivo en Santa Cruz... me refiero.- contesto riendo nerviosamente.- ¿vos sos porteño?- Agustín asintió.- Se te nota por tu tonada.-agregó sonriendo.
- Si, es una tonada particular.- dijo Agustín y antes de que pueda seguir hablando estaba al lado suyo el mozo con sus órdenes.
Candela se había pedido carne con huevo frito y Agustín pescado. Comieron en silencio, y Candela no podía mas con los nervios, no soportaba estar callada y no sabía de que hablar.
De fondo estaba cantando un señor, que los invito a bailar. Después de terminar de comer, Agustín le pidió para bailar a Candela y se dirigieron a la pista. El posiciono sus manos en la cintura de ella, y ella en sus hombros. La musica lenta y ellos se movían al ritmo de esta.
- ¿Te gusta la música?- preguntó Agustín que la veía con los ojos cerrados.
- Si, que se yo, me gusta cerrar los ojos cuando bailo música lenta.- comentó e hizo reír al rubio.- ¿de que te reís gor?- preguntó abriendo los ojos.
- Sos la mina mas loca que conocí.- contestó aumentando la risa.- Gor.- remarcó la última palabra.- ¿nunca pensaron llevarte a un loquero?- preguntó sarcásticamente.
Candela frunció el seño, apretó los dientes, y se soltó torpemente de él, agarro su bolso y se fue a recoger un remis. Sentía la voz de Agustín llamándola desde atrás, pero no hizo caso y se fue.
Caminaba con sus zapatillas deportivas de Niké. Estaba vestida para hacer gimnasia pero parecía que estaba en un desfile de modas, con sus anteojos de sol y su conjunto rosado de Niké.
Miro la hora. 9 de la mañana, tenía tiempo para correr e ir a desayunar.
Llegó a la laguna que había, y empezó a correr a su alrededor. De la nada se choco con alguien. Cayeron al suelo, y la persona con la que se choco le ofreció la mano para ayudarla a levantarla. Candela a través de sus anteojos vio los enormes ojos marrones de Agustín. Aparto enseguida su mano y quiso seguir con su camino, pero la mano de Agustín sobre su hombro se interpuso.
- Candela deja de hacerte la idiota, hace días te vengo persiguiendo para que me perdones.- dijo Agustín exaltado.- Tampoco fue tan grave para que te enojes así.-
- Bueno, ya esta, si para vos no hiciste nada malo y me pediste disculpas, deja nomás.- dijo Candela con las manos en las caderas.- No importa ya.-
- Pero sin embargo seguís enojada, la idea es comenzar de cero.- aclaró Agustín.- ¿Qué decís?-
- Esta bien.- aceptó Candela con una sonrisa.
Y se fueron caminando juntos conociéndose más
Una noche Candela se encontró sola en su cabaña, todas sus amigas habían salido. Podía ir al fogón, pero no tenía ganas. Mirando una película de amor recordó todos los momentos vividos con Agustín desde que se amigaron. Se hicieron buenos amigos y todos los días los pasaban juntos. Pero hace solo una semana ella empezó a sentir algo diferente por el, había jodido a Peter y Simón para que le digan cosas, al igual que Agustín con sus amigas, pero solo era para hacerles una broma y sacar a flote sus historias amorosas y ayudarlos a jugárselas. Pero ella termino dándose cuenta que en realidad le gustaba Agustín.
Su celular sonó en la mesita y se fijo. Era un mensaje de Agustín “Estoy a fuera, Salí”. Se puso una bata y lo hizo pasar. Estuvieron hablando de cosas sin importancias y el de a poco se acercaba más a ella. Cuando estaban a poca distancia, sintió una mano en su nuca y acto seguido, los labios de Agustín sobre los suyos. Al principio se quedo anonada, pero recordó que Agustín era un mujeriego y ella no estaba por ser una de sus tantas mujeres. Lo empujo levemente y salió de la habitación para no tener interrogatorios y caer rendida antes sus encantos.
Hace días venía evitando a Agustín, hace días el trataba de hablar con ella pero ella le dirigía una mirada fría e indiferente y le esquivaba, hace días lo extrañaba.
Estaba caminado con sus amigas pero su cabeza estaba en otro lado. Ellas les preguntaban que ocurría pero no contestaba solo les sonreía y cambiaba de tema. Pero ya no pudo más y se excusó y se fue al bosque sola.
Llegó al lugar donde el, hace días atrás, le había contado cosas íntimas y ella a él. Una lágrima cayó por su mejilla pensando que ella había confiado en él, y él quería tomarla por una más de sus “amiguitas”.
- A mi también, me gusta este lugar.- dijo una voz atrás suyo y ella hizo caso omiso porque sabía quien era.- Me hace pensar que yo acá te di mi confiesa, te conté todo lo que podes saber sobre mi, cosas que nunca antes me imagine que me abriría tanto…- dijo Agustín acercándose más a ella. Candela se estremecía al sentirlo cada vez más cerca.- Yo te conté cosas porque creía que había algo especial entre vos y yo…-
- Y lo había, éramos muy buenos amigos hasta que vos quisiste besarme para tomarme como una más de tus “amiguitas”.- interrumpió Candela con rostro sombrío dándose vuelta y marcando la última palabra.
- ¿Eso era? ¿Crees que yo te voy a tomar por una de esas tantas hueca?- preguntó mas como una aclaración.
- No lo creo, yo lo se.- contestó Candela fríamente y se quiso marchar pero el con una mano en su cintura se lo impidió.- ¡Soltame! ¡Quiero irme!- agregó luchando pero el se lo impedía.
- No hasta que hablemos.- dijo arrastrándola para sentarla en una roca.- Yo no juego con vos Candela, a mi me pasan cosas con vos.- aclaró acariciándole la mejilla.- ¿No te diste cuenta? Confié en vos, te lo demostré aceptando tu confianza también, demostrándote cuanto te quería haciéndote pasar momento inolvidables ¿Qué mas pruebas queres para eso?- Candela se le quedo viendo sin decir nada.- Te voy a dar una más, solo una más.- agregó y la agarro de la nuca para fundirse en un intenso beso. Para Candela no quedaron mas dudas, el la quería de verdad.
Pasaron exactamente una semana que salían. Estaban más felices que nunca y habían quedado ese sábado para salir juntos. Irían a un boliche de Bariloche.
Agustín la pasó a buscar por la cabaña, y se fueron juntos en autobús. Llegaron al boliche. Estaba poblado de gente. Candela y Agustín se fueron a pedir unos refrescos.
Bailaron pegados toda la noche. Cuando terminaron fueron caminando agarrados de la mano al Lago Nahuel Huapí. Se detuvieron a mirar la montaña que estaba atrás suyo con un visor.
El Lago se veía mucho más lindo con Agustín a su lado pensó Candela. El paso las manos por detrás y la agarro de la cintura mientras veían el hermoso paisaje. Empezó a besarla el cuello, y Candela lo detuvo porque no eran novios.
- Bueno creo que no me dejas hacerlo porque no somos novios.- dijo Agustín increíblemente acertando.- ¿Queres ser mi novia?- le preguntó al oído.
Candela se dio vuelta porque necesitaba mirarlo a los ojos. Asintió con la cabeza y una leve sonrisa se les dibujo en los labios y se acercaron como dos imanes a besarse. Desde ese día se metieron en un intenso noviazgo completamente enamorados.
Candela abrió los ojos lentamente. Vio a su alrededor una pieza conocida, era la que compartían Agustín y Simón. Se sentó y no lo encontraba. Justo cuando quiso bajar abrieron la puerta.
- Hola mi amor.- saludó Agustín con una sonrisa. Atravesó rápidamente hasta a ella y antes de que pueda hablar la agarro de la cara y la beso. Candela le siguió el beso un poco confundida, el no era de ser tan cariñoso, le demostraba que la quería preocupándose con ella. Después de un rato se separaron.- Te amo.- confesó Agustín y le beso en la nariz.
- Yo también te amo.- confesó Candela y lo volvió a besar.- ¡Felices dos semanas!- gritó y Agustín se tapo los oídos divertidos.
- ¡Felices dos semanas y un día!- dijo riendo.
- ¿Cómo?-
- Ayer cumplíamos dos semanas, cuando fui a buscarte, te encontré tirada se ve que te trozaste con un poso y te golpeaste muy fuerte la cabeza y te desmayaste, y te levantaste recién hoy.- contó Agustín y antes que siga preguntando la beso nuevamente.
El mejor noviazgo de mi vida y el único que vale la pena. Pensó Agustín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario