Capitulo 9.
Fin de semana en lo de Eugenia.
Me despedí de mi hermano y subí al colectivo que nos llevaría a Río Gallegos. Me senté con Eugenia en el camino, había varios compañeros más que viajaban hacia otras partes cerca de Santa Cruz o iban ahí.
En el camino nos pasamos hablando con unos compañeros que eran de un pueblo cerca de Santa Cruz, Los Antiguos. No hablamos mucho ya que Euge y yo teníamos mucho sueño.
Después de unas cuantas horas llegamos. Nos esperaba el hermano mayor de Eugenia, mi amor platónico, Gastón. Era un chico rubio, de estatura normal, flaco, de ojos claros. Le decía amor platónico porque el era mucho mayor que yo y hace años estaba arreglado con su novia a la que ama infinitamente.
Le salude y el hizo un comentario de que linda estas, y que había crecido unos centímetros, pero si estaba segura de algo era de que mentía.
Llegamos a la casa y la mamá de Eugenia vino a recibirnos.
Nos fuimos a la pieza de Eugenia a dejar nuestras cosas ya que la comida estaba en la mesa. Comimos locro. La mama era una excelente cocinera. Debo admitir que a veces me gustaría pasar más tiempo en familia, porque me agarra un poco de envidia cuando veo las familias de mis amigas.
Durante todo el almuerzo no las pasamos riendo. El papa de Eugenia, Rob, es muy gracioso.
Cuando terminamos le ayudamos a lavar los platos a Cecilia (la mama de
Eugenia), y nos fuimos a dormir una siesta.
Me desperté yo primera y luego, la desperté a Eugenia. Fuimos a merendar algo ya que eran las cinco de la tarde cuando nos levantamos.
El hermano estaba sentado leyendo un diario. “¿Qué es lo que tanto lees Gas?” le dije con confianza. Gastón había ido toda su vida al campamento.
Bajo el diario y me miro directo a los ojos con una sonrisa en su cara. Yo sentí mi corazón palpitar fuerte, era la primera vez que me miraba con de esa forma, era intensa. “Veo si hay un número de una bella joven para salir” dijo y me miro divertido. “¿Cortaste con Ro?” pregunte asombrada, parecían que hasta se iban a casar. El asintió y siguió mirando el diario.
Eugenia fue a buscar su celular a su pieza. Tenía dos mensajes de Candela. Era otra amiga de Eugenia y mía. Mas de Eugenia porque vivían en la misma ciudad. Ella empezaría a ir al campamento esta semana porque se había llevado materias, como unos cuantos amigos más.
El mensaje nos decía si queríamos ir a una fiesta esta noche en la casa del primo de Candela. Eugenia me preguntó a mí y yo me prendí enseguida.
Como todavía era temprano para empezar a arreglarnos nos bañamos y nos planchamos el pelo y se hicieron las seis y media. Salimos a pasear por el centro de la ciudad con Candela y con unos amigos suyos más.
Cuando volvimos se hicieron las nueve y media. Nos cambiamos y nos pintamos. Enseguida iba a venir Candela a buscarnos para ir a la fiesta.
Me había decidido poner una vestido con escote v, floreado, con la espalda descubierta. Me había hecho una media cola y me puso base oscura, rubor, me pinte los labios de color rosado y me puse delineador y rimel a mi ojos con un poco de sombra violeta. Un color de las flores de mí vestido. En los pies me había puesto unas sandalias con taco. Y si hacia frío llevaba un chal blanco.
Eugenia se puso un jean y una remera blanca con un hermoso dibujo de flores en el centro. La remera era escote v. A diferencia de mi, a penas se pinto se puso rimel, se puso un poco del delineador y se puso un base y rubor. En los pies se había puesto unas sandalias gladiadoras sin taco (No los necesitaba).
Mientras Eugenia decidía que hacerse con su pelo, yo me fui al baño.
Ahí me encontré con Gastón que se estaba lavando los dientes. Cuando entre el ya había terminado, sentí que me miraba de arriba abajo y una sonrisa apareció en su rostro. “Permiso” dije entrando a la habitación, quise pasar al baño pero el me detuvo antes con un brazo. Yo gire para mirarlo y el volvió a mirarme de arriba abajo y con una sonrisa me dijo: “¿Qué es lo que te paso Lali? Estas mucho mas linda que el año pasado”. Yo me sonroje, decí que llevaba rubor y no se me notaba nada. “¿Estas diciendo que yo el año pasado era fea?” pregunte en broma. El negó con la cabeza y contesto: “No, siempre fuiste hermosa, pero este año es como que pareces mas una mujer”. Yo no pude evitar sonreír tontamente “Gracias” dije metiéndome al baño.
Cuando salí sonó el timbre. Era Candela. Nos subimos a su auto y nos fuimos directo a la fiesta.
La casa del primo de Candela era muy grande. La fiesta hacia en el primer piso que era casi todo un living enorme. Al principio no había nadie pero a las doce empezó a llegar más gente. A las una la pista de baile, que estaba compuesta de muchas alfombras, ya estaba llena.
Yo me cansé de bailar y me fui a tomar algo al bar. Pedí un daikiri, después pedí un fernet con coca y así me pase probando al menos dos bebidas más hasta que se hicieron las dos. Alguien de la nada me saco el baso de la mano, levanté mi vista y vi los ojos claros de Gastón mirándome fijamente. Me quise levantar y sacarle el baso pero tropecé. Nunca tomaba y no se porque ese día se me dio. El me agarro de la cintura y apoyo el baso en la mesada del bar. Nos quedamos mirando un rato hasta que “Pose” empezó a sonar. “¡Vamos a bailar!” le ordene agarrándolo de la mano y fuimos a la pista.
Me pase toda la noche en sus brazos bailando. Cada tanto me daba besos en la mejilla y me apretaba mas contra el. No importaba que la música fuera movida, nosotros estábamos en otro mundo.
Al día siguiente me levanté tarde, eran como las tres de la tarde. Desperté a Eugenia y le ayude a ordenar su cuarto. Comimos algo y nos cambiamos.
Los papás estaban viendo unas películas. Enseguida nos tenían
que llevar a la Terminal para ir de vuelta al Campamento Mandalay.
Capitulo 10.
Amigos.
20 de Dic.- 11 hrs.- Cabaña Nº 5
Mariana entro a la pieza, y se acostó en su cama muerta de sueño. Pero enseguida Peter apareció tras suyo.
- ¿Qué fue lo que te hice tan grave para que no me quieras ni saludar?- preguntó sentándose en la cama de la morocha. Mariana lo miro mal y se dio media vuelta.-
Veníamos bien, histeriqueabamos y nos divertíamos juntos, después te enojaste y no me hablaste mas.- contó Pedro. Mariana volvió su mirada hacia él y lo vio con cara de perrito mojado.
- No te hagas el imbécil Peter, yo te dije que te pasaste en tu jueguito y conmigo no los haces.- aclaró Mariana.
- ¿Y si te prometo no pasarme mas?- preguntó Pedro esperanzado.
- Demostralo.- contestó Mariana y se giró a dormir.
- Buenas noches.- se despidió Pedro dándole un beso ruidoso en la mejilla de Mariana.
Excursión en el Lago Nahuel Huapí
Todas las mañanas a los chicos se les llevaba a hacer actividades que tengan que ver con la naturaleza. Generalmente eran excursiones en los que les enseñaban cosas sobre animales, plantas, alimentos que se pueden comer, etc.
Esa mañana decidieron llevarlos al Lago Nahuel Huapí. Todos los chicos bajaron entusiasmados del colectivo, a pesar de que muchos vivían cerca u otros venían desde pequeños siempre les daba emoción verlo otra vez.
La Coordinadora Cielo Mágico armó grupos de a cuatro. A Mariana, para su suerte, les toco con Pedro, Simón y Agustín. A Tacho y Eugenia les había tocado con otros dos chicos de Tierra del fuego.
- Parece que el destino nos quiere juntos Lali.- dijo Pedro en su oído y agarrándola de la cintura por detrás.- Si te perdes, lo hacemos juntos ¿dale?- propuso Pedro y ella ni se movió.- Ya vas a ver lo que quiero decir.- anunció y la soltó lentamente deslizando sus dedos por la cintura.
Caminaron alrededor de algunos arbustos. Los amigos de Pedro eran muy divertidos, en todo momento hacían chistes. Decidieron descansar en un terreno despejado. En el terreno solo había pasto. Estuvieron tomando agua y hablando por media hora a reloj. Después de dispusieron a seguir. Simón y Agustín se levantaron y siguieron por un camino, antes que Mariana puede seguirlos sintió una mano en su hombro, deteniéndola.
- ¿Decidiste si nos perdemos juntos?- preguntó Pedro cuando la tuvo cara con cara. Mariana enarco una ceja y Pedro entendió que su propuesta no era clara.- Mira hay dos caminos para elegir, el que se fueron mis amigos, y este otro.- señalo ambos caminos.- Los dos llevan al mismo sitio porque vi un mapa de Cielo, hasta este es mas corto, vamos nosotros dos por el otro.- explicó Pedro.
- ¿Cómo se yo que este no es otro de tus juegos?- contrapuso Mariana.
- Confía en mí.- Pedro estiró su mano. Mariana tras dudar unos segundos, la aceptó.
Pedro la arrastro por el camino que había señalado. Mariana solo lo seguía. Iban en silencio observando las hermosas flores y plantas a su alrededor y el rió bajo sus pies, escuchando a aves cantar y el ruido del viento chocando con las copas de los inmensos árboles.
Después de un rato Pedro de un rato llegaron a un lugar descampado. Era hermoso y tenía salida al Lago. Pedro soltó la mano de Mariana y ella con sus ojos absorbía todo el lugar y una sonrisa se dibujo en su rostro.
- ¿Vos… vos sabias que existía este lugar?- preguntó Mariana.
- Si, yo vine una vez de chico con mi abuelo que vivía en Bariloche.- contó Pedro y se acerco a ella para abrazarla por el costado.- Me acordaba perfectamente el camino, y te quise traer acá para que confíes en mi.- dijo Pedro y la apretujo mas contra el y con la yema del dedo empezó a acariciar la mejilla.- para que veas que vos de verdad me importas como…-
- Amiga.- lo interrumpió Mariana y lo abrazo.- Gracias por traerme a este lugar, yo una vez vine con una persona muy especial.- dijo dejando un beso en su mejilla.
- De nada.- susurró Pedro. Mariana lo soltó y se quedaron mirando a la cara durante mucho tiempo.
El sol daba directo en el rostro de Mariana y el chico podía ver lo linda que era. Sus cejas castañas y bien marcadas, sus ojos grandes, profundos y marrones con las pestañas largas y bien levantadas, su nariz chiquita y respingada, su boca rosada, grande y carnosa. Y vio como su bello pelo largo, liso, sedoso y castaño se movía a causa del fuerte viento. Y su flequillo se movió de lugar y se poso en la frente de Mariana. Pedro, por instinto, lo coloco en su oreja y una sonrisa de dibujo en la cara de los dos.
Se quedaron hablando y conociéndose un rato mas y después volvieron.
24 de Dic.- Noche buena.
Todos los alumnos estaban en el medio de un fogón, comiendo malvavisco y hablando entre ellos. Hace una semana exactamente había llegado Candela y el campamento no fue más que diversión.
Las tres amigas estaban sentadas en un tronco largo, riendo de los chistes que hacían. La característica risa de Mariana retumbaba en todo el lugar y Pedro, con quien había venido teniendo una semana espectacular como amigos, la observaba maravillado. Esa morocha sabía como captar su atención.
- Hey man parece que lo tuyo va enserio con la petiza.- opinó Agustín haciendo caer de vuelta a tierra a Pedro.- Te quedas colgado viéndola, mira hasta se te cae la baba.- bromeó Agustín haciendo que le limpiaba la cara.
- Naa, ella es especial pero es solo mi amiga.- corrigió Pedro y la miro una vez más.
- Mira vos nunca tuviste una novia de verdad, ósea con la que te pasen cosas, así que si te gusta, jugatela, todo puede pasar en navidad.- comentó Simón.
Pedro desvió la conversación y hablaron de cualquier otro tema en la noche.
Cuando faltaba poco para las doce, hicieron una ronda entre todos los alumnos de Mandalay y contaron los segundos que faltaban. “Una, dos, tres…. Sesenta” y gritaron “Feliz Navidad”. Papel picado tiraron de los árboles los coordinadores y todos se acercaban a abrazarse.
- Enana ¡Feliz Navidad!- gritó Pedro y Mariana corrió a abrazarlo.
- ¡Feliz Navidad!- dijo Mariana y Pedro la rodeó con sus brazos.- Pedí algo al niño Jesús, pero en tu interior.- dijo Mariana y lo abrazo mas fuerte. “Deseo que este campamento sea inolvidable” pidió Mariana. “Deseo que si en verdad Mariana me gusta podamos terminar juntos” deseo Pedro y se apartaron.
- ¿Crees que se cumpla?- preguntó Pedro inocente.
- Hasta ahora siempre me funciono.- contestó Mariana.
- ¡Feliz Navidad!- gritó Candela a Pedro y corrió a abrazarlo. Candela y Pedro en una semana se hicieron amigos, se veían que eso eran, en cambio, Mariana y Pedro se les notaba algo más.Capitulo 9.
Fin de semana en lo de Eugenia.
Me despedí de mi hermano y subí al colectivo que nos llevaría a Río Gallegos. Me senté con Eugenia en el camino, había varios compañeros más que viajaban hacia otras partes cerca de Santa Cruz o iban ahí.
En el camino nos pasamos hablando con unos compañeros que eran de un pueblo cerca de Santa Cruz, Los Antiguos. No hablamos mucho ya que Euge y yo teníamos mucho sueño.
Después de unas cuantas horas llegamos. Nos esperaba el hermano mayor de Eugenia, mi amor platónico, Gastón. Era un chico rubio, de estatura normal, flaco, de ojos claros. Le decía amor platónico porque el era mucho mayor que yo y hace años estaba arreglado con su novia a la que ama infinitamente.
Le salude y el hizo un comentario de que linda estas, y que había crecido unos centímetros, pero si estaba segura de algo era de que mentía.
Llegamos a la casa y la mamá de Eugenia vino a recibirnos.
Nos fuimos a la pieza de Eugenia a dejar nuestras cosas ya que la comida estaba en la mesa. Comimos locro. La mama era una excelente cocinera. Debo admitir que a veces me gustaría pasar más tiempo en familia, porque me agarra un poco de envidia cuando veo las familias de mis amigas.
Durante todo el almuerzo no las pasamos riendo. El papa de Eugenia, Rob, es muy gracioso.
Cuando terminamos le ayudamos a lavar los platos a Cecilia (la mama de
Eugenia), y nos fuimos a dormir una siesta.
Me desperté yo primera y luego, la desperté a Eugenia. Fuimos a merendar algo ya que eran las cinco de la tarde cuando nos levantamos.
El hermano estaba sentado leyendo un diario. “¿Qué es lo que tanto lees Gas?” le dije con confianza. Gastón había ido toda su vida al campamento.
Bajo el diario y me miro directo a los ojos con una sonrisa en su cara. Yo sentí mi corazón palpitar fuerte, era la primera vez que me miraba con de esa forma, era intensa. “Veo si hay un número de una bella joven para salir” dijo y me miro divertido. “¿Cortaste con Ro?” pregunte asombrada, parecían que hasta se iban a casar. El asintió y siguió mirando el diario.
Eugenia fue a buscar su celular a su pieza. Tenía dos mensajes de Candela. Era otra amiga de Eugenia y mía. Mas de Eugenia porque vivían en la misma ciudad. Ella empezaría a ir al campamento esta semana porque se había llevado materias, como unos cuantos amigos más.
El mensaje nos decía si queríamos ir a una fiesta esta noche en la casa del primo de Candela. Eugenia me preguntó a mí y yo me prendí enseguida.
Como todavía era temprano para empezar a arreglarnos nos bañamos y nos planchamos el pelo y se hicieron las seis y media. Salimos a pasear por el centro de la ciudad con Candela y con unos amigos suyos más.
Cuando volvimos se hicieron las nueve y media. Nos cambiamos y nos pintamos. Enseguida iba a venir Candela a buscarnos para ir a la fiesta.
Me había decidido poner una vestido con escote v, floreado, con la espalda descubierta. Me había hecho una media cola y me puso base oscura, rubor, me pinte los labios de color rosado y me puse delineador y rimel a mi ojos con un poco de sombra violeta. Un color de las flores de mí vestido. En los pies me había puesto unas sandalias con taco. Y si hacia frío llevaba un chal blanco.
Eugenia se puso un jean y una remera blanca con un hermoso dibujo de flores en el centro. La remera era escote v. A diferencia de mi, a penas se pinto se puso rimel, se puso un poco del delineador y se puso un base y rubor. En los pies se había puesto unas sandalias gladiadoras sin taco (No los necesitaba).
Mientras Eugenia decidía que hacerse con su pelo, yo me fui al baño.
Ahí me encontré con Gastón que se estaba lavando los dientes. Cuando entre el ya había terminado, sentí que me miraba de arriba abajo y una sonrisa apareció en su rostro. “Permiso” dije entrando a la habitación, quise pasar al baño pero el me detuvo antes con un brazo. Yo gire para mirarlo y el volvió a mirarme de arriba abajo y con una sonrisa me dijo: “¿Qué es lo que te paso Lali? Estas mucho mas linda que el año pasado”. Yo me sonroje, decí que llevaba rubor y no se me notaba nada. “¿Estas diciendo que yo el año pasado era fea?” pregunte en broma. El negó con la cabeza y contesto: “No, siempre fuiste hermosa, pero este año es como que pareces mas una mujer”. Yo no pude evitar sonreír tontamente “Gracias” dije metiéndome al baño.
Cuando salí sonó el timbre. Era Candela. Nos subimos a su auto y nos fuimos directo a la fiesta.
La casa del primo de Candela era muy grande. La fiesta hacia en el primer piso que era casi todo un living enorme. Al principio no había nadie pero a las doce empezó a llegar más gente. A las una la pista de baile, que estaba compuesta de muchas alfombras, ya estaba llena.
Yo me cansé de bailar y me fui a tomar algo al bar. Pedí un daikiri, después pedí un fernet con coca y así me pase probando al menos dos bebidas más hasta que se hicieron las dos. Alguien de la nada me saco el baso de la mano, levanté mi vista y vi los ojos claros de Gastón mirándome fijamente. Me quise levantar y sacarle el baso pero tropecé. Nunca tomaba y no se porque ese día se me dio. El me agarro de la cintura y apoyo el baso en la mesada del bar. Nos quedamos mirando un rato hasta que “Pose” empezó a sonar. “¡Vamos a bailar!” le ordene agarrándolo de la mano y fuimos a la pista.
Me pase toda la noche en sus brazos bailando. Cada tanto me daba besos en la mejilla y me apretaba mas contra el. No importaba que la música fuera movida, nosotros estábamos en otro mundo.
Al día siguiente me levanté tarde, eran como las tres de la tarde. Desperté a Eugenia y le ayude a ordenar su cuarto. Comimos algo y nos cambiamos.
Los papás estaban viendo unas películas. Enseguida nos tenían
que llevar a la Terminal para ir de vuelta al Campamento Mandalay.
Capitulo 10.
Amigos.
20 de Dic.- 11 hrs.- Cabaña Nº 5
Mariana entro a la pieza, y se acostó en su cama muerta de sueño. Pero enseguida Peter apareció tras suyo.
- ¿Qué fue lo que te hice tan grave para que no me quieras ni saludar?- preguntó sentándose en la cama de la morocha. Mariana lo miro mal y se dio media vuelta.-
Veníamos bien, histeriqueabamos y nos divertíamos juntos, después te enojaste y no me hablaste mas.- contó Pedro. Mariana volvió su mirada hacia él y lo vio con cara de perrito mojado.
- No te hagas el imbécil Peter, yo te dije que te pasaste en tu jueguito y conmigo no los haces.- aclaró Mariana.
- ¿Y si te prometo no pasarme mas?- preguntó Pedro esperanzado.
- Demostralo.- contestó Mariana y se giró a dormir.
- Buenas noches.- se despidió Pedro dándole un beso ruidoso en la mejilla de Mariana.
Excursión en el Lago Nahuel Huapí
Todas las mañanas a los chicos se les llevaba a hacer actividades que tengan que ver con la naturaleza. Generalmente eran excursiones en los que les enseñaban cosas sobre animales, plantas, alimentos que se pueden comer, etc.
Esa mañana decidieron llevarlos al Lago Nahuel Huapí. Todos los chicos bajaron entusiasmados del colectivo, a pesar de que muchos vivían cerca u otros venían desde pequeños siempre les daba emoción verlo otra vez.
La Coordinadora Cielo Mágico armó grupos de a cuatro. A Mariana, para su suerte, les toco con Pedro, Simón y Agustín. A Tacho y Eugenia les había tocado con otros dos chicos de Tierra del fuego.
- Parece que el destino nos quiere juntos Lali.- dijo Pedro en su oído y agarrándola de la cintura por detrás.- Si te perdes, lo hacemos juntos ¿dale?- propuso Pedro y ella ni se movió.- Ya vas a ver lo que quiero decir.- anunció y la soltó lentamente deslizando sus dedos por la cintura.
Caminaron alrededor de algunos arbustos. Los amigos de Pedro eran muy divertidos, en todo momento hacían chistes. Decidieron descansar en un terreno despejado. En el terreno solo había pasto. Estuvieron tomando agua y hablando por media hora a reloj. Después de dispusieron a seguir. Simón y Agustín se levantaron y siguieron por un camino, antes que Mariana puede seguirlos sintió una mano en su hombro, deteniéndola.
- ¿Decidiste si nos perdemos juntos?- preguntó Pedro cuando la tuvo cara con cara. Mariana enarco una ceja y Pedro entendió que su propuesta no era clara.- Mira hay dos caminos para elegir, el que se fueron mis amigos, y este otro.- señalo ambos caminos.- Los dos llevan al mismo sitio porque vi un mapa de Cielo, hasta este es mas corto, vamos nosotros dos por el otro.- explicó Pedro.
- ¿Cómo se yo que este no es otro de tus juegos?- contrapuso Mariana.
- Confía en mí.- Pedro estiró su mano. Mariana tras dudar unos segundos, la aceptó.
Pedro la arrastro por el camino que había señalado. Mariana solo lo seguía. Iban en silencio observando las hermosas flores y plantas a su alrededor y el rió bajo sus pies, escuchando a aves cantar y el ruido del viento chocando con las copas de los inmensos árboles.
Después de un rato Pedro de un rato llegaron a un lugar descampado. Era hermoso y tenía salida al Lago. Pedro soltó la mano de Mariana y ella con sus ojos absorbía todo el lugar y una sonrisa se dibujo en su rostro.
- ¿Vos… vos sabias que existía este lugar?- preguntó Mariana.
- Si, yo vine una vez de chico con mi abuelo que vivía en Bariloche.- contó Pedro y se acerco a ella para abrazarla por el costado.- Me acordaba perfectamente el camino, y te quise traer acá para que confíes en mi.- dijo Pedro y la apretujo mas contra el y con la yema del dedo empezó a acariciar la mejilla.- para que veas que vos de verdad me importas como…-
- Amiga.- lo interrumpió Mariana y lo abrazo.- Gracias por traerme a este lugar, yo una vez vine con una persona muy especial.- dijo dejando un beso en su mejilla.
- De nada.- susurró Pedro. Mariana lo soltó y se quedaron mirando a la cara durante mucho tiempo.
El sol daba directo en el rostro de Mariana y el chico podía ver lo linda que era. Sus cejas castañas y bien marcadas, sus ojos grandes, profundos y marrones con las pestañas largas y bien levantadas, su nariz chiquita y respingada, su boca rosada, grande y carnosa. Y vio como su bello pelo largo, liso, sedoso y castaño se movía a causa del fuerte viento. Y su flequillo se movió de lugar y se poso en la frente de Mariana. Pedro, por instinto, lo coloco en su oreja y una sonrisa de dibujo en la cara de los dos.
Se quedaron hablando y conociéndose un rato mas y después volvieron.
24 de Dic.- Noche buena.
Todos los alumnos estaban en el medio de un fogón, comiendo malvavisco y hablando entre ellos. Hace una semana exactamente había llegado Candela y el campamento no fue más que diversión.
Las tres amigas estaban sentadas en un tronco largo, riendo de los chistes que hacían. La característica risa de Mariana retumbaba en todo el lugar y Pedro, con quien había venido teniendo una semana espectacular como amigos, la observaba maravillado. Esa morocha sabía como captar su atención.
- Hey man parece que lo tuyo va enserio con la petiza.- opinó Agustín haciendo caer de vuelta a tierra a Pedro.- Te quedas colgado viéndola, mira hasta se te cae la baba.- bromeó Agustín haciendo que le limpiaba la cara.
- Naa, ella es especial pero es solo mi amiga.- corrigió Pedro y la miro una vez más.
- Mira vos nunca tuviste una novia de verdad, ósea con la que te pasen cosas, así que si te gusta, jugatela, todo puede pasar en navidad.- comentó Simón.
Pedro desvió la conversación y hablaron de cualquier otro tema en la noche.
Cuando faltaba poco para las doce, hicieron una ronda entre todos los alumnos de Mandalay y contaron los segundos que faltaban. “Una, dos, tres…. Sesenta” y gritaron “Feliz Navidad”. Papel picado tiraron de los árboles los coordinadores y todos se acercaban a abrazarse.
- Enana ¡Feliz Navidad!- gritó Pedro y Mariana corrió a abrazarlo.
- ¡Feliz Navidad!- dijo Mariana y Pedro la rodeó con sus brazos.- Pedí algo al niño Jesús, pero en tu interior.- dijo Mariana y lo abrazo mas fuerte. “Deseo que este campamento sea inolvidable” pidió Mariana. “Deseo que si en verdad Mariana me gusta podamos terminar juntos” deseo Pedro y se apartaron.
- ¿Crees que se cumpla?- preguntó Pedro inocente.
- Hasta ahora siempre me funciono.- contestó Mariana.
- ¡Feliz Navidad!- gritó Candela a Pedro y corrió a abrazarlo. Candela y Pedro en una semana se hicieron amigos, se veían que eso eran, en cambio, Mariana y Pedro se les notaba algo más.
Capitulo 9.
Fin de semana en lo de Eugenia.
Me despedí de mi hermano y subí al colectivo que nos llevaría a Río Gallegos. Me senté con Eugenia en el camino, había varios compañeros más que viajaban hacia otras partes cerca de Santa Cruz o iban ahí.
En el camino nos pasamos hablando con unos compañeros que eran de un pueblo cerca de Santa Cruz, Los Antiguos. No hablamos mucho ya que Euge y yo teníamos mucho sueño.
Después de unas cuantas horas llegamos. Nos esperaba el hermano mayor de Eugenia, mi amor platónico, Gastón. Era un chico rubio, de estatura normal, flaco, de ojos claros. Le decía amor platónico porque el era mucho mayor que yo y hace años estaba arreglado con su novia a la que ama infinitamente.
Le salude y el hizo un comentario de que linda estas, y que había crecido unos centímetros, pero si estaba segura de algo era de que mentía.
Llegamos a la casa y la mamá de Eugenia vino a recibirnos.
Nos fuimos a la pieza de Eugenia a dejar nuestras cosas ya que la comida estaba en la mesa. Comimos locro. La mama era una excelente cocinera. Debo admitir que a veces me gustaría pasar más tiempo en familia, porque me agarra un poco de envidia cuando veo las familias de mis amigas.
Durante todo el almuerzo no las pasamos riendo. El papa de Eugenia, Rob, es muy gracioso.
Cuando terminamos le ayudamos a lavar los platos a Cecilia (la mama de
Eugenia), y nos fuimos a dormir una siesta.
Me desperté yo primera y luego, la desperté a Eugenia. Fuimos a merendar algo ya que eran las cinco de la tarde cuando nos levantamos.
El hermano estaba sentado leyendo un diario. “¿Qué es lo que tanto lees Gas?” le dije con confianza. Gastón había ido toda su vida al campamento.
Bajo el diario y me miro directo a los ojos con una sonrisa en su cara. Yo sentí mi corazón palpitar fuerte, era la primera vez que me miraba con de esa forma, era intensa. “Veo si hay un número de una bella joven para salir” dijo y me miro divertido. “¿Cortaste con Ro?” pregunte asombrada, parecían que hasta se iban a casar. El asintió y siguió mirando el diario.
Eugenia fue a buscar su celular a su pieza. Tenía dos mensajes de Candela. Era otra amiga de Eugenia y mía. Mas de Eugenia porque vivían en la misma ciudad. Ella empezaría a ir al campamento esta semana porque se había llevado materias, como unos cuantos amigos más.
El mensaje nos decía si queríamos ir a una fiesta esta noche en la casa del primo de Candela. Eugenia me preguntó a mí y yo me prendí enseguida.
Como todavía era temprano para empezar a arreglarnos nos bañamos y nos planchamos el pelo y se hicieron las seis y media. Salimos a pasear por el centro de la ciudad con Candela y con unos amigos suyos más.
Cuando volvimos se hicieron las nueve y media. Nos cambiamos y nos pintamos. Enseguida iba a venir Candela a buscarnos para ir a la fiesta.
Me había decidido poner una vestido con escote v, floreado, con la espalda descubierta. Me había hecho una media cola y me puso base oscura, rubor, me pinte los labios de color rosado y me puse delineador y rimel a mi ojos con un poco de sombra violeta. Un color de las flores de mí vestido. En los pies me había puesto unas sandalias con taco. Y si hacia frío llevaba un chal blanco.
Eugenia se puso un jean y una remera blanca con un hermoso dibujo de flores en el centro. La remera era escote v. A diferencia de mi, a penas se pinto se puso rimel, se puso un poco del delineador y se puso un base y rubor. En los pies se había puesto unas sandalias gladiadoras sin taco (No los necesitaba).
Mientras Eugenia decidía que hacerse con su pelo, yo me fui al baño.
Ahí me encontré con Gastón que se estaba lavando los dientes. Cuando entre el ya había terminado, sentí que me miraba de arriba abajo y una sonrisa apareció en su rostro. “Permiso” dije entrando a la habitación, quise pasar al baño pero el me detuvo antes con un brazo. Yo gire para mirarlo y el volvió a mirarme de arriba abajo y con una sonrisa me dijo: “¿Qué es lo que te paso Lali? Estas mucho mas linda que el año pasado”. Yo me sonroje, decí que llevaba rubor y no se me notaba nada. “¿Estas diciendo que yo el año pasado era fea?” pregunte en broma. El negó con la cabeza y contesto: “No, siempre fuiste hermosa, pero este año es como que pareces mas una mujer”. Yo no pude evitar sonreír tontamente “Gracias” dije metiéndome al baño.
Cuando salí sonó el timbre. Era Candela. Nos subimos a su auto y nos fuimos directo a la fiesta.
La casa del primo de Candela era muy grande. La fiesta hacia en el primer piso que era casi todo un living enorme. Al principio no había nadie pero a las doce empezó a llegar más gente. A las una la pista de baile, que estaba compuesta de muchas alfombras, ya estaba llena.
Yo me cansé de bailar y me fui a tomar algo al bar. Pedí un daikiri, después pedí un fernet con coca y así me pase probando al menos dos bebidas más hasta que se hicieron las dos. Alguien de la nada me saco el baso de la mano, levanté mi vista y vi los ojos claros de Gastón mirándome fijamente. Me quise levantar y sacarle el baso pero tropecé. Nunca tomaba y no se porque ese día se me dio. El me agarro de la cintura y apoyo el baso en la mesada del bar. Nos quedamos mirando un rato hasta que “Pose” empezó a sonar. “¡Vamos a bailar!” le ordene agarrándolo de la mano y fuimos a la pista.
Me pase toda la noche en sus brazos bailando. Cada tanto me daba besos en la mejilla y me apretaba mas contra el. No importaba que la música fuera movida, nosotros estábamos en otro mundo.
Al día siguiente me levanté tarde, eran como las tres de la tarde. Desperté a Eugenia y le ayude a ordenar su cuarto. Comimos algo y nos cambiamos.
Los papás estaban viendo unas películas. Enseguida nos tenían
que llevar a la Terminal para ir de vuelta al Campamento Mandalay.
Capitulo 10.
Amigos.
20 de Dic.- 11 hrs.- Cabaña Nº 5
Mariana entro a la pieza, y se acostó en su cama muerta de sueño. Pero enseguida Peter apareció tras suyo.
- ¿Qué fue lo que te hice tan grave para que no me quieras ni saludar?- preguntó sentándose en la cama de la morocha. Mariana lo miro mal y se dio media vuelta.-
Veníamos bien, histeriqueabamos y nos divertíamos juntos, después te enojaste y no me hablaste mas.- contó Pedro. Mariana volvió su mirada hacia él y lo vio con cara de perrito mojado.
- No te hagas el imbécil Peter, yo te dije que te pasaste en tu jueguito y conmigo no los haces.- aclaró Mariana.
- ¿Y si te prometo no pasarme mas?- preguntó Pedro esperanzado.
- Demostralo.- contestó Mariana y se giró a dormir.
- Buenas noches.- se despidió Pedro dándole un beso ruidoso en la mejilla de Mariana.
Excursión en el Lago Nahuel Huapí
Todas las mañanas a los chicos se les llevaba a hacer actividades que tengan que ver con la naturaleza. Generalmente eran excursiones en los que les enseñaban cosas sobre animales, plantas, alimentos que se pueden comer, etc.
Esa mañana decidieron llevarlos al Lago Nahuel Huapí. Todos los chicos bajaron entusiasmados del colectivo, a pesar de que muchos vivían cerca u otros venían desde pequeños siempre les daba emoción verlo otra vez.
La Coordinadora Cielo Mágico armó grupos de a cuatro. A Mariana, para su suerte, les toco con Pedro, Simón y Agustín. A Tacho y Eugenia les había tocado con otros dos chicos de Tierra del fuego.
- Parece que el destino nos quiere juntos Lali.- dijo Pedro en su oído y agarrándola de la cintura por detrás.- Si te perdes, lo hacemos juntos ¿dale?- propuso Pedro y ella ni se movió.- Ya vas a ver lo que quiero decir.- anunció y la soltó lentamente deslizando sus dedos por la cintura.
Caminaron alrededor de algunos arbustos. Los amigos de Pedro eran muy divertidos, en todo momento hacían chistes. Decidieron descansar en un terreno despejado. En el terreno solo había pasto. Estuvieron tomando agua y hablando por media hora a reloj. Después de dispusieron a seguir. Simón y Agustín se levantaron y siguieron por un camino, antes que Mariana puede seguirlos sintió una mano en su hombro, deteniéndola.
- ¿Decidiste si nos perdemos juntos?- preguntó Pedro cuando la tuvo cara con cara. Mariana enarco una ceja y Pedro entendió que su propuesta no era clara.- Mira hay dos caminos para elegir, el que se fueron mis amigos, y este otro.- señalo ambos caminos.- Los dos llevan al mismo sitio porque vi un mapa de Cielo, hasta este es mas corto, vamos nosotros dos por el otro.- explicó Pedro.
- ¿Cómo se yo que este no es otro de tus juegos?- contrapuso Mariana.
- Confía en mí.- Pedro estiró su mano. Mariana tras dudar unos segundos, la aceptó.
Pedro la arrastro por el camino que había señalado. Mariana solo lo seguía. Iban en silencio observando las hermosas flores y plantas a su alrededor y el rió bajo sus pies, escuchando a aves cantar y el ruido del viento chocando con las copas de los inmensos árboles.
Después de un rato Pedro de un rato llegaron a un lugar descampado. Era hermoso y tenía salida al Lago. Pedro soltó la mano de Mariana y ella con sus ojos absorbía todo el lugar y una sonrisa se dibujo en su rostro.
- ¿Vos… vos sabias que existía este lugar?- preguntó Mariana.
- Si, yo vine una vez de chico con mi abuelo que vivía en Bariloche.- contó Pedro y se acerco a ella para abrazarla por el costado.- Me acordaba perfectamente el camino, y te quise traer acá para que confíes en mi.- dijo Pedro y la apretujo mas contra el y con la yema del dedo empezó a acariciar la mejilla.- para que veas que vos de verdad me importas como…-
- Amiga.- lo interrumpió Mariana y lo abrazo.- Gracias por traerme a este lugar, yo una vez vine con una persona muy especial.- dijo dejando un beso en su mejilla.
- De nada.- susurró Pedro. Mariana lo soltó y se quedaron mirando a la cara durante mucho tiempo.
El sol daba directo en el rostro de Mariana y el chico podía ver lo linda que era. Sus cejas castañas y bien marcadas, sus ojos grandes, profundos y marrones con las pestañas largas y bien levantadas, su nariz chiquita y respingada, su boca rosada, grande y carnosa. Y vio como su bello pelo largo, liso, sedoso y castaño se movía a causa del fuerte viento. Y su flequillo se movió de lugar y se poso en la frente de Mariana. Pedro, por instinto, lo coloco en su oreja y una sonrisa de dibujo en la cara de los dos.
Se quedaron hablando y conociéndose un rato mas y después volvieron.
24 de Dic.- Noche buena.
Todos los alumnos estaban en el medio de un fogón, comiendo malvavisco y hablando entre ellos. Hace una semana exactamente había llegado Candela y el campamento no fue más que diversión.
Las tres amigas estaban sentadas en un tronco largo, riendo de los chistes que hacían. La característica risa de Mariana retumbaba en todo el lugar y Pedro, con quien había venido teniendo una semana espectacular como amigos, la observaba maravillado. Esa morocha sabía como captar su atención.
- Hey man parece que lo tuyo va enserio con la petiza.- opinó Agustín haciendo caer de vuelta a tierra a Pedro.- Te quedas colgado viéndola, mira hasta se te cae la baba.- bromeó Agustín haciendo que le limpiaba la cara.
- Naa, ella es especial pero es solo mi amiga.- corrigió Pedro y la miro una vez más.
- Mira vos nunca tuviste una novia de verdad, ósea con la que te pasen cosas, así que si te gusta, jugatela, todo puede pasar en navidad.- comentó Simón.
Pedro desvió la conversación y hablaron de cualquier otro tema en la noche.
Cuando faltaba poco para las doce, hicieron una ronda entre todos los alumnos de Mandalay y contaron los segundos que faltaban. “Una, dos, tres…. Sesenta” y gritaron “Feliz Navidad”. Papel picado tiraron de los árboles los coordinadores y todos se acercaban a abrazarse.
- Enana ¡Feliz Navidad!- gritó Pedro y Mariana corrió a abrazarlo.
- ¡Feliz Navidad!- dijo Mariana y Pedro la rodeó con sus brazos.- Pedí algo al niño Jesús, pero en tu interior.- dijo Mariana y lo abrazo mas fuerte. “Deseo que este campamento sea inolvidable” pidió Mariana. “Deseo que si en verdad Mariana me gusta podamos terminar juntos” deseo Pedro y se apartaron.
- ¿Crees que se cumpla?- preguntó Pedro inocente.
- Hasta ahora siempre me funciono.- contestó Mariana.
- ¡Feliz Navidad!- gritó Candela a Pedro y corrió a abrazarlo. Candela y Pedro en una semana se hicieron amigos, se veían que eso eran, en cambio, Mariana y Pedro se les notaba algo más.
Capitulo 9.
Fin de semana en lo de Eugenia.
Me despedí de mi hermano y subí al colectivo que nos llevaría a Río Gallegos. Me senté con Eugenia en el camino, había varios compañeros más que viajaban hacia otras partes cerca de Santa Cruz o iban ahí.
En el camino nos pasamos hablando con unos compañeros que eran de un pueblo cerca de Santa Cruz, Los Antiguos. No hablamos mucho ya que Euge y yo teníamos mucho sueño.
Después de unas cuantas horas llegamos. Nos esperaba el hermano mayor de Eugenia, mi amor platónico, Gastón. Era un chico rubio, de estatura normal, flaco, de ojos claros. Le decía amor platónico porque el era mucho mayor que yo y hace años estaba arreglado con su novia a la que ama infinitamente.
Le salude y el hizo un comentario de que linda estas, y que había crecido unos centímetros, pero si estaba segura de algo era de que mentía.
Llegamos a la casa y la mamá de Eugenia vino a recibirnos.
Nos fuimos a la pieza de Eugenia a dejar nuestras cosas ya que la comida estaba en la mesa. Comimos locro. La mama era una excelente cocinera. Debo admitir que a veces me gustaría pasar más tiempo en familia, porque me agarra un poco de envidia cuando veo las familias de mis amigas.
Durante todo el almuerzo no las pasamos riendo. El papa de Eugenia, Rob, es muy gracioso.
Cuando terminamos le ayudamos a lavar los platos a Cecilia (la mama de
Eugenia), y nos fuimos a dormir una siesta.
Me desperté yo primera y luego, la desperté a Eugenia. Fuimos a merendar algo ya que eran las cinco de la tarde cuando nos levantamos.
El hermano estaba sentado leyendo un diario. “¿Qué es lo que tanto lees Gas?” le dije con confianza. Gastón había ido toda su vida al campamento.
Bajo el diario y me miro directo a los ojos con una sonrisa en su cara. Yo sentí mi corazón palpitar fuerte, era la primera vez que me miraba con de esa forma, era intensa. “Veo si hay un número de una bella joven para salir” dijo y me miro divertido. “¿Cortaste con Ro?” pregunte asombrada, parecían que hasta se iban a casar. El asintió y siguió mirando el diario.
Eugenia fue a buscar su celular a su pieza. Tenía dos mensajes de Candela. Era otra amiga de Eugenia y mía. Mas de Eugenia porque vivían en la misma ciudad. Ella empezaría a ir al campamento esta semana porque se había llevado materias, como unos cuantos amigos más.
El mensaje nos decía si queríamos ir a una fiesta esta noche en la casa del primo de Candela. Eugenia me preguntó a mí y yo me prendí enseguida.
Como todavía era temprano para empezar a arreglarnos nos bañamos y nos planchamos el pelo y se hicieron las seis y media. Salimos a pasear por el centro de la ciudad con Candela y con unos amigos suyos más.
Cuando volvimos se hicieron las nueve y media. Nos cambiamos y nos pintamos. Enseguida iba a venir Candela a buscarnos para ir a la fiesta.
Me había decidido poner una vestido con escote v, floreado, con la espalda descubierta. Me había hecho una media cola y me puso base oscura, rubor, me pinte los labios de color rosado y me puse delineador y rimel a mi ojos con un poco de sombra violeta. Un color de las flores de mí vestido. En los pies me había puesto unas sandalias con taco. Y si hacia frío llevaba un chal blanco.
Eugenia se puso un jean y una remera blanca con un hermoso dibujo de flores en el centro. La remera era escote v. A diferencia de mi, a penas se pinto se puso rimel, se puso un poco del delineador y se puso un base y rubor. En los pies se había puesto unas sandalias gladiadoras sin taco (No los necesitaba).
Mientras Eugenia decidía que hacerse con su pelo, yo me fui al baño.
Ahí me encontré con Gastón que se estaba lavando los dientes. Cuando entre el ya había terminado, sentí que me miraba de arriba abajo y una sonrisa apareció en su rostro. “Permiso” dije entrando a la habitación, quise pasar al baño pero el me detuvo antes con un brazo. Yo gire para mirarlo y el volvió a mirarme de arriba abajo y con una sonrisa me dijo: “¿Qué es lo que te paso Lali? Estas mucho mas linda que el año pasado”. Yo me sonroje, decí que llevaba rubor y no se me notaba nada. “¿Estas diciendo que yo el año pasado era fea?” pregunte en broma. El negó con la cabeza y contesto: “No, siempre fuiste hermosa, pero este año es como que pareces mas una mujer”. Yo no pude evitar sonreír tontamente “Gracias” dije metiéndome al baño.
Cuando salí sonó el timbre. Era Candela. Nos subimos a su auto y nos fuimos directo a la fiesta.
La casa del primo de Candela era muy grande. La fiesta hacia en el primer piso que era casi todo un living enorme. Al principio no había nadie pero a las doce empezó a llegar más gente. A las una la pista de baile, que estaba compuesta de muchas alfombras, ya estaba llena.
Yo me cansé de bailar y me fui a tomar algo al bar. Pedí un daikiri, después pedí un fernet con coca y así me pase probando al menos dos bebidas más hasta que se hicieron las dos. Alguien de la nada me saco el baso de la mano, levanté mi vista y vi los ojos claros de Gastón mirándome fijamente. Me quise levantar y sacarle el baso pero tropecé. Nunca tomaba y no se porque ese día se me dio. El me agarro de la cintura y apoyo el baso en la mesada del bar. Nos quedamos mirando un rato hasta que “Pose” empezó a sonar. “¡Vamos a bailar!” le ordene agarrándolo de la mano y fuimos a la pista.
Me pase toda la noche en sus brazos bailando. Cada tanto me daba besos en la mejilla y me apretaba mas contra el. No importaba que la música fuera movida, nosotros estábamos en otro mundo.
Al día siguiente me levanté tarde, eran como las tres de la tarde. Desperté a Eugenia y le ayude a ordenar su cuarto. Comimos algo y nos cambiamos.
Los papás estaban viendo unas películas. Enseguida nos tenían
que llevar a la Terminal para ir de vuelta al Campamento Mandalay.
Capitulo 10.
Amigos.
20 de Dic.- 11 hrs.- Cabaña Nº 5
Mariana entro a la pieza, y se acostó en su cama muerta de sueño. Pero enseguida Peter apareció tras suyo.
- ¿Qué fue lo que te hice tan grave para que no me quieras ni saludar?- preguntó sentándose en la cama de la morocha. Mariana lo miro mal y se dio media vuelta.-
Veníamos bien, histeriqueabamos y nos divertíamos juntos, después te enojaste y no me hablaste mas.- contó Pedro. Mariana volvió su mirada hacia él y lo vio con cara de perrito mojado.
- No te hagas el imbécil Peter, yo te dije que te pasaste en tu jueguito y conmigo no los haces.- aclaró Mariana.
- ¿Y si te prometo no pasarme mas?- preguntó Pedro esperanzado.
- Demostralo.- contestó Mariana y se giró a dormir.
- Buenas noches.- se despidió Pedro dándole un beso ruidoso en la mejilla de Mariana.
Excursión en el Lago Nahuel Huapí
Todas las mañanas a los chicos se les llevaba a hacer actividades que tengan que ver con la naturaleza. Generalmente eran excursiones en los que les enseñaban cosas sobre animales, plantas, alimentos que se pueden comer, etc.
Esa mañana decidieron llevarlos al Lago Nahuel Huapí. Todos los chicos bajaron entusiasmados del colectivo, a pesar de que muchos vivían cerca u otros venían desde pequeños siempre les daba emoción verlo otra vez.
La Coordinadora Cielo Mágico armó grupos de a cuatro. A Mariana, para su suerte, les toco con Pedro, Simón y Agustín. A Tacho y Eugenia les había tocado con otros dos chicos de Tierra del fuego.
- Parece que el destino nos quiere juntos Lali.- dijo Pedro en su oído y agarrándola de la cintura por detrás.- Si te perdes, lo hacemos juntos ¿dale?- propuso Pedro y ella ni se movió.- Ya vas a ver lo que quiero decir.- anunció y la soltó lentamente deslizando sus dedos por la cintura.
Caminaron alrededor de algunos arbustos. Los amigos de Pedro eran muy divertidos, en todo momento hacían chistes. Decidieron descansar en un terreno despejado. En el terreno solo había pasto. Estuvieron tomando agua y hablando por media hora a reloj. Después de dispusieron a seguir. Simón y Agustín se levantaron y siguieron por un camino, antes que Mariana puede seguirlos sintió una mano en su hombro, deteniéndola.
- ¿Decidiste si nos perdemos juntos?- preguntó Pedro cuando la tuvo cara con cara. Mariana enarco una ceja y Pedro entendió que su propuesta no era clara.- Mira hay dos caminos para elegir, el que se fueron mis amigos, y este otro.- señalo ambos caminos.- Los dos llevan al mismo sitio porque vi un mapa de Cielo, hasta este es mas corto, vamos nosotros dos por el otro.- explicó Pedro.
- ¿Cómo se yo que este no es otro de tus juegos?- contrapuso Mariana.
- Confía en mí.- Pedro estiró su mano. Mariana tras dudar unos segundos, la aceptó.
Pedro la arrastro por el camino que había señalado. Mariana solo lo seguía. Iban en silencio observando las hermosas flores y plantas a su alrededor y el rió bajo sus pies, escuchando a aves cantar y el ruido del viento chocando con las copas de los inmensos árboles.
Después de un rato Pedro de un rato llegaron a un lugar descampado. Era hermoso y tenía salida al Lago. Pedro soltó la mano de Mariana y ella con sus ojos absorbía todo el lugar y una sonrisa se dibujo en su rostro.
- ¿Vos… vos sabias que existía este lugar?- preguntó Mariana.
- Si, yo vine una vez de chico con mi abuelo que vivía en Bariloche.- contó Pedro y se acerco a ella para abrazarla por el costado.- Me acordaba perfectamente el camino, y te quise traer acá para que confíes en mi.- dijo Pedro y la apretujo mas contra el y con la yema del dedo empezó a acariciar la mejilla.- para que veas que vos de verdad me importas como…-
- Amiga.- lo interrumpió Mariana y lo abrazo.- Gracias por traerme a este lugar, yo una vez vine con una persona muy especial.- dijo dejando un beso en su mejilla.
- De nada.- susurró Pedro. Mariana lo soltó y se quedaron mirando a la cara durante mucho tiempo.
El sol daba directo en el rostro de Mariana y el chico podía ver lo linda que era. Sus cejas castañas y bien marcadas, sus ojos grandes, profundos y marrones con las pestañas largas y bien levantadas, su nariz chiquita y respingada, su boca rosada, grande y carnosa. Y vio como su bello pelo largo, liso, sedoso y castaño se movía a causa del fuerte viento. Y su flequillo se movió de lugar y se poso en la frente de Mariana. Pedro, por instinto, lo coloco en su oreja y una sonrisa de dibujo en la cara de los dos.
Se quedaron hablando y conociéndose un rato mas y después volvieron.
24 de Dic.- Noche buena.
Todos los alumnos estaban en el medio de un fogón, comiendo malvavisco y hablando entre ellos. Hace una semana exactamente había llegado Candela y el campamento no fue más que diversión.
Las tres amigas estaban sentadas en un tronco largo, riendo de los chistes que hacían. La característica risa de Mariana retumbaba en todo el lugar y Pedro, con quien había venido teniendo una semana espectacular como amigos, la observaba maravillado. Esa morocha sabía como captar su atención.
- Hey man parece que lo tuyo va enserio con la petiza.- opinó Agustín haciendo caer de vuelta a tierra a Pedro.- Te quedas colgado viéndola, mira hasta se te cae la baba.- bromeó Agustín haciendo que le limpiaba la cara.
- Naa, ella es especial pero es solo mi amiga.- corrigió Pedro y la miro una vez más.
- Mira vos nunca tuviste una novia de verdad, ósea con la que te pasen cosas, así que si te gusta, jugatela, todo puede pasar en navidad.- comentó Simón.
Pedro desvió la conversación y hablaron de cualquier otro tema en la noche.
Cuando faltaba poco para las doce, hicieron una ronda entre todos los alumnos de Mandalay y contaron los segundos que faltaban. “Una, dos, tres…. Sesenta” y gritaron “Feliz Navidad”. Papel picado tiraron de los árboles los coordinadores y todos se acercaban a abrazarse.
- Enana ¡Feliz Navidad!- gritó Pedro y Mariana corrió a abrazarlo.
- ¡Feliz Navidad!- dijo Mariana y Pedro la rodeó con sus brazos.- Pedí algo al niño Jesús, pero en tu interior.- dijo Mariana y lo abrazo mas fuerte. “Deseo que este campamento sea inolvidable” pidió Mariana. “Deseo que si en verdad Mariana me gusta podamos terminar juntos” deseo Pedro y se apartaron.
- ¿Crees que se cumpla?- preguntó Pedro inocente.
- Hasta ahora siempre me funciono.- contestó Mariana.
- ¡Feliz Navidad!- gritó Candela a Pedro y corrió a abrazarlo. Candela y Pedro en una semana se hicieron amigos, se veían que eso eran, en cambio, Mariana y Pedro se les notaba algo más.
Capitulo 9.
Fin de semana en lo de Eugenia.
Me despedí de mi hermano y subí al colectivo que nos llevaría a Río Gallegos. Me senté con Eugenia en el camino, había varios compañeros más que viajaban hacia otras partes cerca de Santa Cruz o iban ahí.
En el camino nos pasamos hablando con unos compañeros que eran de un pueblo cerca de Santa Cruz, Los Antiguos. No hablamos mucho ya que Euge y yo teníamos mucho sueño.
Después de unas cuantas horas llegamos. Nos esperaba el hermano mayor de Eugenia, mi amor platónico, Gastón. Era un chico rubio, de estatura normal, flaco, de ojos claros. Le decía amor platónico porque el era mucho mayor que yo y hace años estaba arreglado con su novia a la que ama infinitamente.
Le salude y el hizo un comentario de que linda estas, y que había crecido unos centímetros, pero si estaba segura de algo era de que mentía.
Llegamos a la casa y la mamá de Eugenia vino a recibirnos.
Nos fuimos a la pieza de Eugenia a dejar nuestras cosas ya que la comida estaba en la mesa. Comimos locro. La mama era una excelente cocinera. Debo admitir que a veces me gustaría pasar más tiempo en familia, porque me agarra un poco de envidia cuando veo las familias de mis amigas.
Durante todo el almuerzo no las pasamos riendo. El papa de Eugenia, Rob, es muy gracioso.
Cuando terminamos le ayudamos a lavar los platos a Cecilia (la mama de
Eugenia), y nos fuimos a dormir una siesta.
Me desperté yo primera y luego, la desperté a Eugenia. Fuimos a merendar algo ya que eran las cinco de la tarde cuando nos levantamos.
El hermano estaba sentado leyendo un diario. “¿Qué es lo que tanto lees Gas?” le dije con confianza. Gastón había ido toda su vida al campamento.
Bajo el diario y me miro directo a los ojos con una sonrisa en su cara. Yo sentí mi corazón palpitar fuerte, era la primera vez que me miraba con de esa forma, era intensa. “Veo si hay un número de una bella joven para salir” dijo y me miro divertido. “¿Cortaste con Ro?” pregunte asombrada, parecían que hasta se iban a casar. El asintió y siguió mirando el diario.
Eugenia fue a buscar su celular a su pieza. Tenía dos mensajes de Candela. Era otra amiga de Eugenia y mía. Mas de Eugenia porque vivían en la misma ciudad. Ella empezaría a ir al campamento esta semana porque se había llevado materias, como unos cuantos amigos más.
El mensaje nos decía si queríamos ir a una fiesta esta noche en la casa del primo de Candela. Eugenia me preguntó a mí y yo me prendí enseguida.
Como todavía era temprano para empezar a arreglarnos nos bañamos y nos planchamos el pelo y se hicieron las seis y media. Salimos a pasear por el centro de la ciudad con Candela y con unos amigos suyos más.
Cuando volvimos se hicieron las nueve y media. Nos cambiamos y nos pintamos. Enseguida iba a venir Candela a buscarnos para ir a la fiesta.
Me había decidido poner una vestido con escote v, floreado, con la espalda descubierta. Me había hecho una media cola y me puso base oscura, rubor, me pinte los labios de color rosado y me puse delineador y rimel a mi ojos con un poco de sombra violeta. Un color de las flores de mí vestido. En los pies me había puesto unas sandalias con taco. Y si hacia frío llevaba un chal blanco.
Eugenia se puso un jean y una remera blanca con un hermoso dibujo de flores en el centro. La remera era escote v. A diferencia de mi, a penas se pinto se puso rimel, se puso un poco del delineador y se puso un base y rubor. En los pies se había puesto unas sandalias gladiadoras sin taco (No los necesitaba).
Mientras Eugenia decidía que hacerse con su pelo, yo me fui al baño.
Ahí me encontré con Gastón que se estaba lavando los dientes. Cuando entre el ya había terminado, sentí que me miraba de arriba abajo y una sonrisa apareció en su rostro. “Permiso” dije entrando a la habitación, quise pasar al baño pero el me detuvo antes con un brazo. Yo gire para mirarlo y el volvió a mirarme de arriba abajo y con una sonrisa me dijo: “¿Qué es lo que te paso Lali? Estas mucho mas linda que el año pasado”. Yo me sonroje, decí que llevaba rubor y no se me notaba nada. “¿Estas diciendo que yo el año pasado era fea?” pregunte en broma. El negó con la cabeza y contesto: “No, siempre fuiste hermosa, pero este año es como que pareces mas una mujer”. Yo no pude evitar sonreír tontamente “Gracias” dije metiéndome al baño.
Cuando salí sonó el timbre. Era Candela. Nos subimos a su auto y nos fuimos directo a la fiesta.
La casa del primo de Candela era muy grande. La fiesta hacia en el primer piso que era casi todo un living enorme. Al principio no había nadie pero a las doce empezó a llegar más gente. A las una la pista de baile, que estaba compuesta de muchas alfombras, ya estaba llena.
Yo me cansé de bailar y me fui a tomar algo al bar. Pedí un daikiri, después pedí un fernet con coca y así me pase probando al menos dos bebidas más hasta que se hicieron las dos. Alguien de la nada me saco el baso de la mano, levanté mi vista y vi los ojos claros de Gastón mirándome fijamente. Me quise levantar y sacarle el baso pero tropecé. Nunca tomaba y no se porque ese día se me dio. El me agarro de la cintura y apoyo el baso en la mesada del bar. Nos quedamos mirando un rato hasta que “Pose” empezó a sonar. “¡Vamos a bailar!” le ordene agarrándolo de la mano y fuimos a la pista.
Me pase toda la noche en sus brazos bailando. Cada tanto me daba besos en la mejilla y me apretaba mas contra el. No importaba que la música fuera movida, nosotros estábamos en otro mundo.
Al día siguiente me levanté tarde, eran como las tres de la tarde. Desperté a Eugenia y le ayude a ordenar su cuarto. Comimos algo y nos cambiamos.
Los papás estaban viendo unas películas. Enseguida nos tenían
que llevar a la Terminal para ir de vuelta al Campamento Mandalay.
Capitulo 10.
Amigos.
20 de Dic.- 11 hrs.- Cabaña Nº 5
Mariana entro a la pieza, y se acostó en su cama muerta de sueño. Pero enseguida Peter apareció tras suyo.
- ¿Qué fue lo que te hice tan grave para que no me quieras ni saludar?- preguntó sentándose en la cama de la morocha. Mariana lo miro mal y se dio media vuelta.-
Veníamos bien, histeriqueabamos y nos divertíamos juntos, después te enojaste y no me hablaste mas.- contó Pedro. Mariana volvió su mirada hacia él y lo vio con cara de perrito mojado.
- No te hagas el imbécil Peter, yo te dije que te pasaste en tu jueguito y conmigo no los haces.- aclaró Mariana.
- ¿Y si te prometo no pasarme mas?- preguntó Pedro esperanzado.
- Demostralo.- contestó Mariana y se giró a dormir.
- Buenas noches.- se despidió Pedro dándole un beso ruidoso en la mejilla de Mariana.
Excursión en el Lago Nahuel Huapí
Todas las mañanas a los chicos se les llevaba a hacer actividades que tengan que ver con la naturaleza. Generalmente eran excursiones en los que les enseñaban cosas sobre animales, plantas, alimentos que se pueden comer, etc.
Esa mañana decidieron llevarlos al Lago Nahuel Huapí. Todos los chicos bajaron entusiasmados del colectivo, a pesar de que muchos vivían cerca u otros venían desde pequeños siempre les daba emoción verlo otra vez.
La Coordinadora Cielo Mágico armó grupos de a cuatro. A Mariana, para su suerte, les toco con Pedro, Simón y Agustín. A Tacho y Eugenia les había tocado con otros dos chicos de Tierra del fuego.
- Parece que el destino nos quiere juntos Lali.- dijo Pedro en su oído y agarrándola de la cintura por detrás.- Si te perdes, lo hacemos juntos ¿dale?- propuso Pedro y ella ni se movió.- Ya vas a ver lo que quiero decir.- anunció y la soltó lentamente deslizando sus dedos por la cintura.
Caminaron alrededor de algunos arbustos. Los amigos de Pedro eran muy divertidos, en todo momento hacían chistes. Decidieron descansar en un terreno despejado. En el terreno solo había pasto. Estuvieron tomando agua y hablando por media hora a reloj. Después de dispusieron a seguir. Simón y Agustín se levantaron y siguieron por un camino, antes que Mariana puede seguirlos sintió una mano en su hombro, deteniéndola.
- ¿Decidiste si nos perdemos juntos?- preguntó Pedro cuando la tuvo cara con cara. Mariana enarco una ceja y Pedro entendió que su propuesta no era clara.- Mira hay dos caminos para elegir, el que se fueron mis amigos, y este otro.- señalo ambos caminos.- Los dos llevan al mismo sitio porque vi un mapa de Cielo, hasta este es mas corto, vamos nosotros dos por el otro.- explicó Pedro.
- ¿Cómo se yo que este no es otro de tus juegos?- contrapuso Mariana.
- Confía en mí.- Pedro estiró su mano. Mariana tras dudar unos segundos, la aceptó.
Pedro la arrastro por el camino que había señalado. Mariana solo lo seguía. Iban en silencio observando las hermosas flores y plantas a su alrededor y el rió bajo sus pies, escuchando a aves cantar y el ruido del viento chocando con las copas de los inmensos árboles.
Después de un rato Pedro de un rato llegaron a un lugar descampado. Era hermoso y tenía salida al Lago. Pedro soltó la mano de Mariana y ella con sus ojos absorbía todo el lugar y una sonrisa se dibujo en su rostro.
- ¿Vos… vos sabias que existía este lugar?- preguntó Mariana.
- Si, yo vine una vez de chico con mi abuelo que vivía en Bariloche.- contó Pedro y se acerco a ella para abrazarla por el costado.- Me acordaba perfectamente el camino, y te quise traer acá para que confíes en mi.- dijo Pedro y la apretujo mas contra el y con la yema del dedo empezó a acariciar la mejilla.- para que veas que vos de verdad me importas como…-
- Amiga.- lo interrumpió Mariana y lo abrazo.- Gracias por traerme a este lugar, yo una vez vine con una persona muy especial.- dijo dejando un beso en su mejilla.
- De nada.- susurró Pedro. Mariana lo soltó y se quedaron mirando a la cara durante mucho tiempo.
El sol daba directo en el rostro de Mariana y el chico podía ver lo linda que era. Sus cejas castañas y bien marcadas, sus ojos grandes, profundos y marrones con las pestañas largas y bien levantadas, su nariz chiquita y respingada, su boca rosada, grande y carnosa. Y vio como su bello pelo largo, liso, sedoso y castaño se movía a causa del fuerte viento. Y su flequillo se movió de lugar y se poso en la frente de Mariana. Pedro, por instinto, lo coloco en su oreja y una sonrisa de dibujo en la cara de los dos.
Se quedaron hablando y conociéndose un rato mas y después volvieron.
24 de Dic.- Noche buena.
Todos los alumnos estaban en el medio de un fogón, comiendo malvavisco y hablando entre ellos. Hace una semana exactamente había llegado Candela y el campamento no fue más que diversión.
Las tres amigas estaban sentadas en un tronco largo, riendo de los chistes que hacían. La característica risa de Mariana retumbaba en todo el lugar y Pedro, con quien había venido teniendo una semana espectacular como amigos, la observaba maravillado. Esa morocha sabía como captar su atención.
- Hey man parece que lo tuyo va enserio con la petiza.- opinó Agustín haciendo caer de vuelta a tierra a Pedro.- Te quedas colgado viéndola, mira hasta se te cae la baba.- bromeó Agustín haciendo que le limpiaba la cara.
- Naa, ella es especial pero es solo mi amiga.- corrigió Pedro y la miro una vez más.
- Mira vos nunca tuviste una novia de verdad, ósea con la que te pasen cosas, así que si te gusta, jugatela, todo puede pasar en navidad.- comentó Simón.
Pedro desvió la conversación y hablaron de cualquier otro tema en la noche.
Cuando faltaba poco para las doce, hicieron una ronda entre todos los alumnos de Mandalay y contaron los segundos que faltaban. “Una, dos, tres…. Sesenta” y gritaron “Feliz Navidad”. Papel picado tiraron de los árboles los coordinadores y todos se acercaban a abrazarse.
- Enana ¡Feliz Navidad!- gritó Pedro y Mariana corrió a abrazarlo.
- ¡Feliz Navidad!- dijo Mariana y Pedro la rodeó con sus brazos.- Pedí algo al niño Jesús, pero en tu interior.- dijo Mariana y lo abrazo mas fuerte. “Deseo que este campamento sea inolvidable” pidió Mariana. “Deseo que si en verdad Mariana me gusta podamos terminar juntos” deseo Pedro y se apartaron.
- ¿Crees que se cumpla?- preguntó Pedro inocente.
- Hasta ahora siempre me funciono.- contestó Mariana.
- ¡Feliz Navidad!- gritó Candela a Pedro y corrió a abrazarlo. Candela y Pedro en una semana se hicieron amigos, se veían que eso eran, en cambio, Mariana y Pedro se les notaba algo más.
sábado, 22 de agosto de 2009
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