Capitulo 7.
Histeriqueos.
Cabaña- 9hrs. – 16 de Dic.
Los campistas de Mandalay se tenían que levantar a las nueve porque a la diez empezaban las actividades.
Mariana se había levantado a los ocho y media, fue a desayunar y después se quiso pegar una ducha. Hace dos días no lo hacía.
Hoy eran el tercer día en que estaban y se había bañado el primer día a la mañana.
Fue a su dormitorio, y vio que Peter seguía durmiendo. Eligió su ropa que iba a usar ese día, por supuesto, deportiva y se tiro arriba de Pedro para que se levantase.
- ¡Buen día!- saludó Mariana.- Ya son las nueve, hay que levantarse.-
- Deja de joder Lali.- y así habían sido los dos días anteriores para levantar a Peter.- Vamos que desperdicias minutos del día, vamos que al que madruga Dios lo ayuda.- bromeó Mariana sentándose en la cama y aplaudiendo.
- ¿Me va a ayudar a sacarme las ganas que te tengo?- pregunto Peter bromeando. Mariana rodó los ojos y le tiro una almohada. Peter se echo a reír y se hizo el dormido. Lali se volvió a tirar arriba suyo.- Hay enana, yo me levanto pero con una condición, que me des un beso acá.- dijo Pedro señalando sus labios. Para su sorpresa Mariana le dio un pico.- Ahora si me levanto.- sentenció y se levanto tirando a Mariana. Lali río y el le empezó a hacer cosquillas.
- ¡Basta, Basta!- gritaba Mariana.
- Me gusta mucho escuchar tu risa.- dijo sincero Peter que seguía haciéndole cosquillas.
- Bueno basta que me voy a bañar.- dijo entre risas Mariana y lo empujo de una patada. Pedro cayo al piso y ella aprovecho para agarrar la ropa y salir de la habitación.
Almuerzo- 12. 30
Eugenia y Mariana habían decido ir a almorzar afuera. El día estaba hermoso. Toda la mañana habían estado encerradas en las aulas mientras les enseñaban cosas de la naturaleza y después del almuerzo comenzarían las actividades al aire libre.
Mariana le había contado todas las histeriqueadas que había tenido con Pedro hasta ese día, y las dos reían porque el creía que ella sentía cosas por el. Pero sabían que Peter tampoco sentía cosas por Mariana. Aunque ganas no faltaban.
Cuando terminaron de comer, Eugenia levanto sus sobras para ir a tirarlas al basurero. Pero nunca mas llego...
Mariana sintió unos manos que le tapaban los ojos, y sonrió al darse cuenta de quien era.
- ¿Quién será?-
- Te doy pistas, es un chico muy apuesto y fachero.- respondió Pedro y le dio un beso en el pelo.
- No se, no tengo idea.- declaró Mariana riendo. Pedro poso su nariz en la cabeza de Mariana y olió su rico perfume a rosas.
- No queres saber y no queres tener idea.- dijo Pedro en el oído de Mariana, que la hizo estremecer.
- Simplemente no hay un chico en el campamento con esas características.- corrigió en broma Mariana.
- Es porque no me conoces aun.- dijo Pedro y la recostó su cabeza sobre sus piernas.- Pero abrí los ojos lentamente y lo veras.- agregó y la beso en la frente. Después saco sus manos de los ojos de Mariana.
La chica abrió los ojos lentamente como había dicho Peter, y vio su cara muy cerca la de ella. La distancia era tan corta que sentían sus respiraciones sobre el otro. Se quedaron mirándose un largo tiempo. Pedro con el pulgar de su mano derecha recorrió los carnosos y grandes labios de Mariana, y luego lo saco y le dio un largo beso en la comisura de los labios. Cualquiera desde afuera podía pensar que se estaban besándose, por eso después de un tiempo, Mariana lo empujo despacio y se levanto.
- Mira que te gusta arruinar momentos.- regaño Pedro a Mariana.
- No, lo que me gusta es hacerme desear.- corrigió Mariana acercándose a el y depositando un beso en su nariz para luego levantarse y dejarlo solo.
Almuerzo- 13 hrs.
Eugenia se levanto para ir a tirar a la basura el resto de comida. Luego que lo hizo, quiso volver donde estaba Mariana, pero una mano la agarro y la metió en un armario porque justo había pasado al lado del comedor.
Cuando se encontró tranquila, sintió que estaba apretada junto alguien, y cuando levanto la vista vio a Tacho.
- Parece que el destino nos quiere juntos...- dijo Tacho con una sonrisa. Eugenia y Tacho venían histeriqueando desde que se conocieron.
- Yo no creo en el destino, yo creo en lo que uno elige cada día.- opinó Eugenia y devolvió la sonrisa.
- ¿Y que es lo que elegís vos?- preguntó Tacho agarrándola de la cintura y con su cuerpo apretándola contra la pared.
- Mmm... no se, yo tardo en elegir.- contestó Eugenia. Tacho le robo un pico.- Primero tengo que ver mis opciones.- agregó y empujo a Tacho. Después salió por la puerta.- Demostrame que vos sos mi mejor opción.- dijo para irse.
Campo deportivo.- 17 hrs.
Había muchos deportes para elegir. Mariana eligió voley porque era el único deporte que era mixto, y su grupo lo era.
Pedro convenció a Agustín para jugar voley porque quería seguir histeriqueando con Lali. Simón se fue a jugar tenis ya que el no tenia ganas de desperdiciar esa tarde en una chica.
En el medio del juego el arbitro paro para anunciar que en el equipo de Mariana se iban a unir dos chicos, que eran Agustín y Peter. Ella asintió y le dirigió una sonrisa a Pedro.
Terminaron ganando el equipo de Mariana, gracias a las chicas. Se abrazaron todos los miembros del equipo, y Pedro aprovecho para ponerse al lado de Mariana, y puso su mano en la cintura y la pego a él. Mariana se sorprendió por la reacción del chico y se soltó disimuladamente.
El entrenador dijo que vayan a buscar unas pelotas y Pedro, que estaba al lado de Mariana, la agarro de la mano y la levanto para ofrecerse. Lali se vio a atada a hacerlo.
Las pelotas estaban muy lejos, los chicos tenían que ir caminando hasta el parque. Mariana primero no le dirigía la palabra, pero Pedro con sus bromas y besos que le daba cada tanto en la mejilla hizo que se le vaya el enojo.
- Bueno, Pedro, ganaste.- dijo Mariana empujado a Pedro que la tenia agarrada de la cintura y besaba reiteradas beses su mejilla.- ¡Basta, enserio!- ordenó empujándolo mas fuerte hasta que lo consiguió.
- Bueno che, tampoco es para que me mates.- dijo Pedro en el suelo.- ¿Me ayudas?- pregunto extendiéndole una mano.
- Levántate solo.- dijo Mariana avanzando hacia el parque.
- Vos me tiraste, vos me ayudas.-ordenó Pedro y Mariana lo agarro de la mano. El tironea de ella y se cayó. Terminaron Mariana arriba de Pedro, y ella cuando intento levantarse, sintió la mano de Peter en su cintura que la empujaba contra el.
- ¡Soltame!- ordenó Mariana.
- Primero dame algo a cambio.- retruco Peter.- Dame un beso.- Mariana sintió como el brazo de Pedro subía por su remera recorriendo su espaldas y llegaba a su hombro descubierto y ahí se que quedaba acariciándola.- No sabes hasta que punto llegar.- Suspiro hondo y puso sus mano alrededor de Pedro, en el pasto y con todas sus fuerzas tironeo para que la soltara.
- Che no me diste mi condición.- dijo Pedro cuando ya estaban parados.
- Lo único que faltaba, no sabes hasta que punto llegar.- dijo y avanzo enojada hasta el parque y no le hablo en el resto del camino.
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