Cáp. 1- Cambios- Parte 1

Cambios

Unas veces el cambio se prepara

en forma subterránea pero estalla

de modo brusco, abierto:

nova en el cielo

grieta en la tierra

inundación de luz en plena noche

lengua de fuego

asoma sorpresivamente en la mirada

del otro, vuelto Otro, vuelto ajeno.
Otros cambios se gestan

imperceptiblemente.

De una oscura manerade un modo

silenciosolo que no estaba está y lo que estaba

es destruido.[…]

Circe Maia

El viaje desde Santa Cruz a Buenos Aires, en ómnibus venía durando ya casi diez horas. Muchos pasajeros se encontraban dormidos, otros leyendo, y otros reclinados en el asiento con la vista hacia la ventanilla.

El paisaje venía cambiando desde el principio del viaje. De una zona patagónica a una templada. Ahora se podía ver más verde, y el camino no era tan sube y baja.

Quedaban como tres horas más para llegar a la Capital.

Una adolescentes, situada al final de todo, junto a su hermana en el asiento del al lado, venía escribiendo en su diario. No tenía otro entretenimiento.

Una vez terminada su elaboración, guardo sus cosas. Y se convirtió en uno de esos pasajeros que no tenían nada que hacer. Solo mirar la ventanilla y pasar al segundo la mirada hacia el reloj.

Natalia, nombre de la adolescente, pensó en todo lo que dejaba atrás al mudarse a la Capital. A su madre difunta, a su casa, sus amigos, su escuela, su familia (por parte de la mamá), su pueblo, su historia.

Una lágrima cayó por su mejilla. Deseaba volver el tiempo atrás, deseaba volver a hacer una adolescente sin problemas que solo se preocupaba por divertirse. Pero ahora el mundo se ponía en su contra, y cambiaba rotundamente. Y lo que más le dolía era saber que nada fue por una elección suya, sino por el destino.

Un pensamiento lleva a otro, hasta convertirse en un recuerdo....

La escuela San Roque, la única privada del pueblo de Los Antiguos. Solo concurrían 500 alumnos, de un pueblo que tenía como 3,800 habitantes, tal vez más.

Natalia se encontraba con el baño con su mejor amiga, Candela.

- ¿Decís que me suelta la colita?- preguntó su amiga.

- Si.- afirmó Natalia.- Me gusta más como te queda el pelo suelto.-

Candela obedeció y se soltó la colita. Agarró el peine y se lo empezó a pasar por todo el pelo.

- Soltate vos también.- ordenó Candela.- Y toma ponete delineador para tus ojos.- dijo sacando de su bolso de mano, y pasándoselo.

Natalia sonrío, y se lo paso alrededor de su ojos. Haciendo que sus grandes ojos de color pardos se vean mas marcados. Se soltó el pelo, y agarro el peine que su amiga había dejado en el lava manos, antes de irse al tolete.

Una vez terminada su retocaciones, salieron hacia el recreo. Se sentarón bajo la sombra de un gran árbol manzanero. Natalia se recosto contra el tronco, y dirigío su vista a Lucas, que se encontraba jugando al fútbol.

Lucas era un chico petiso, de ojos celeste, pelo rubio, carilindo y corpulento. Su gran amor.

-¡Qué lindo que es Lucas!- largó y suspiro hondo, con cara de enamorada.
- Es lindo y sabe jugar muy bien al fútbol.-agregó su amiga.- ¿Por qué no vas a hablarle?-
- ¿Qué le digo? Si no lo conozco.-dijo Natalia.
- ¡Aya tu!- susurró Candela, y se dio media vuelta para el otro lado con su mp3. Natalia imito a Candela, y empezó a escuchar música. Hasta que sintió algo que le golpeo la cabeza. Lo siguiente a recordar fue borroso, pero cuando abrió los ojos se encontró con la hermoso rostro de Lucas. "¿Estas bien?" preguntaba el consecutivas veces al ver que ella no respondía. Natalia cuando estuvo en sí nuevamente, con ayuda de él se levanto, y contesto "Si", iniciando su primera conversación.